“La primera vez que supe que no era un ser humano corriente, lo recuerdo bien, fue
cuando ETA voló mi coche conmigo dentro. Salí de allí, envuelto en llamas, y pensé:
¿cómo es posible que haya sobrevivido? Nadie se lo explicaba. Los médicos no
encontraban una respuesta, tampoco mi personal de seguridad. A todo el mundo le
pareció… milagroso. Esa noche soñé con Dios. Era una luz, no tenía rostro, pero sí
voz. Me iluminó con su haz y me dijo: “Jose Mari, si te he salvado es porque te
necesito vivo para que lideres a la humanidad”. Me dijo un par de cosas más, pero
son personales. Aquella experiencia me cambió, por supuesto. Desde entonces soy
mucho más humilde.”
RELEELO PARA ASIMILARLO EN SU TOTALIDAD.
No hay comentarios:
Publicar un comentario