Ayer salí griposo pero bien abrigado a dar una paseo a Luciferita y en la estepa verde aparece un bulto marroncito, unos veinte terneros pastan al sol, según nos acercamos emerge su figura, es un ternero tumbado, doy palmas y le grito pero no se mueve, está muerto. Continuo el paseo pero el cuerpo no me da para mas y me vuelvo a sudar la tarde.
Hoy espero a que el sol caliente y me llevo los prismáticos, Luci casi cae en las fauces de un American Stanford y a lo lejos se ven treinta buitres leonados y algún negro sobrevolando el ternero, huelen a muerto y es matemático, nos huelen venir y se van. El pantalón rojo con bandas luminiscentes y la sudadera rojo semáforo no son las mas indicadas para un aprendiz de ornitólogo. Se marchan pero no muy lejos, continuamos el camino, hoy llego mas lejos y como siempre no calculo bien, la vuelta se empieza a complicar con la pierna-cadera-espalda y un buitre negro deja de rodear el ternero y solo nos rodea a Luci y a mi.
Cojo los prismáticos a ver si va a ser un Aguila Real y va a tirarse picado en barrena a por la peque.....
Aparta o ponte que te vea!!!! le grito y da una vuelta dejando ver el tupe de los negros, ufff , respiro pero el cabrón huele a muerto y mis andares dejan entrever que no me queda mucha autonomía de vuelo. Los buitres notan que Lucifer me defenderá hasta el último aliento y se abandonan a los olores del ternerito.
Es bonita la ornitología pero la próxima vez ajustaré mas los tiempos.
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