EL PROBLEMA NO ES EL DOLOR

El dolor te hace sufrir, pero no te destruye. El problema es la soledad engendrada por él. Es lo que te mata lentamente, lo que te aisla de los demas y el mundo.Y lo que despierta lo peor que hay en ti.

domingo, 17 de marzo de 2013

INFIERNO ( RELATO )

Este mini relato nos lo regala un dolor-reportero cuidador, algun@ se hará a la idea de quien es el crack que ha escrito esto, solo podemos dar una pista.......es peludo.Gran relato.
Pueden pensar en mí como Ukko el enano escribiendo las andanzas de Slaine, el Cazador 
de Demonios, pero esta vez seré yo el que empuñe el Hacha Comesesos y con el Espasmo 
de Furia recorriéndome la espina dorsal arrasaré esta repugnante ciudad y la llenaré 
de trozos de cuerpos de los seres infrahumanos que la habitan. Ya no soporto más sus 
comportamientos, sus acciones retrógradas, sus mentiras de mierda. 
Se ha desbordado la bañera. 
22 de diciembre de 2012. 
Nada. No pasa nada. Ni un puto terremoto, ni la revolución social por todo el mundo, ni la 
lotería, nada. Ni siquiera un abyecto político con catarro. 
Pero, ay (suspirado) diminutos humanos, sí que ha empezado el nuevo ciclo. Y ha 
empezado arrasando con una mala ostia comparable a Ares en un mal día. Seguro que lo 
habéis notado. 
15 de marzo de 2013. Viernes. 
Llevo desde el lunes en casa (salvo una breve salida el miércoles de suma importancia) 
con treinta y ocho y pico de fi ebre, hecho un trapo, zampando paracetamoles como el 
tragabolas, bebiendo aquarius y viendo al puto papa, que me la trae no veas cómo de 
fl oja, por los pasillos de casa de la mano del callo nocturno de teleespe que le mola a 
mi exmarido. Pesadillas, cometechos, visiones... menos mal que mi actual marido me 
ha cuidado de lo lindo. Para que mole más la cosa, la semana que viene tengo un viaje 
importante al extranjero, y me acojona un poco empezar este asunto enfermo. Sería un 
puta mierda, desde luego, y no quiero ponerle fácil las cosas al hijoputa que controla todo 
esto para que me lo joda. así que me lo estoy tomando en serio, por decirlo de alguna 
manera. 
Total, que después de cuatro días de encierro infernal, al fi n el viernes voy a salir de la 
cueva a terminar el asunto que me sacó el miércoles y a entrenar un poco y poner a 
punto las armas con mi secuaz Morbus Bonus. Será el comienzo del retiro del guerrero al 
akelarre de bienestar cósmico de los días previos a la partida. 
El plan es sencillo. Todo comienza a las 5 de la tarde. Un viaje en coche a la zona 
suroeste, recoger un paquete, llevarlo al centro, y reunirme con Morbus en el sureste. Pan 
comido. No es la primera vez. Conozco los lugares, los itinerarios, me he hecho mis rutas 
y mapas, sé a ciencia cierta que es mal momento para hacerlo y por eso voy con tiempo 
de sobra y calmado como un Gandhi con greñas y gafas de sol. Suena música melódica y 
alegre en la kunda, no tengo frío y ya estoy viendo la salida de la autopista. Esto va a ser 
pan comido. 
He llegado al primer objetivo con la misma vuelta que di el otro día, así que ni tan mal. Ya 
tengo el paquete de copiloto y me dirijo tranquilo y sonriente al segundo destino. Fetén!
BRUUUUMMMM!! 
SHRASHH!! 
WHRAM!! 
CATACROQUER!! 
Qué coño sucede?! Qué es esto?! Dónde están las señales? Me va a arrollar un bus? 
Qué hace ese?! y ese?! Qué ostias de calle es esta? Por qué no lo pone en ninguna de 
las tropecientas paredes que hay? Mierda! pero serás desgraciado? no sabes para qué 
sirve el volante? Dejadme en paz, cabrones! Alejaos de mí, infrahumanos! No quiero que 
me salpique vuestra sangre negra cuando os llame a declarar vuestro dios del tuning. 
Orcasitas? Joooooder! Dónde pollas estoy? Cómo salgo de aquí?… gritar no sirve de 
nada. 
Yo lo tenía controlado, sabía que podía suceder y estaba preparado. Pero en algún 
momento se me ha ido de las manos. No sé cuándo ha sido, no sé si será por la tupida de 
semana que llevo a la chepa. Puede que se haya desbordado alguna cloaca y por eso está 
todo henchido de infraseres. La incógnita perdurará durante decenios, pero el hecho de 
que ha podido conmigo es irrefutable a todas luces. 
La segunda cita era a las 6.30, con necesidad de puntualidad total para que la rueda 
siguiera al engranaje siguiente. A las 6.15, completamente perdido, en una calle estrecha 
sin nombre, de paredes horribles altas hasta la nube de mierda que corona el gueto, 
detrás del autobús de la EMT más contaminante y cerdo que he visto en mi vida, llamo 
con el celular a mi contacto en el centro para planear una segunda cita más tarde a 
la vista de la situación. Tengo tal ataque encima que ha debido fl ipar con la retahíla 
de blasfemias y obscenidades que le he escupido al aparato, porque se ha puesto a 
tranquilizarme y a buscar una salida del atolladero con su unidad informática y el wifi  
que le roba a sus vecinos. Con sus directrices, sus palabras de calma y su saber hacer de 
perfecto patrón, he conseguido estabilizarme un poco y llegar solo 15 minutos tarde. Y la 
máquina ha seguido funcionando. 
El último viaje es fácil y no muy largo, así que se ha mantenido el nivel de mierda 
como estaba. Solo ha subido un poco cuando he parado un momento, ya fuera de la 
zona de peligro, a comprar algo de comida turca y me he encontrado cara a cara con 
la parsimonia y la dejadez con patas y ojos. Pero bueno, tengo comida y ya está aquí 
Morbus. Me desahogo, bromeamos y empezamos con lo nuestro. 
Nada. Mal. Fatal. Estamos los dos fuera de tono para semejante movida que tenemos 
entre manos. Lo dejamos y pasamos un rato escuchando música y charlando antes de decidir ir a hacer una visita a nuestro amigo Cucumis Sativus. No me ha sentado muy bien 
el rato que hemos dedicado a nuestros menesteres, pero estoy animado y me apetece ver 
a Cucumis. El viaje es breve y de agradable disertación, pero llegamos antes de tiempo. 
Son menos cuarto y hasta las 11 no se abre el bar, aunque la sombra conocida que parece 
llevar esperando toda una vida allí en la puerta no lo sepa. Encontramos aparcamiento 
arriba de la cuesta y nos disponemos a esperar calentitos, no como el paneque ese. 
Ya son y cuarto y nasti de plasta. Empezamos a pensar en irnos para casa pero de pronto 
aparecen nuestros amigos. Por fi n, coño, una Franciskaner de puta madre, ji ji-ja ja y para 
casa a descansar. 
Y una polla! Un espécimen tremendamente gallardo me perturba como un abejorro y no 
me deja conversar con los míos. Hago lo que puedo con él y sociabilizo un poco, que de 
cuando en cuando no es dañino. Un par de vasos de agua más y me las piro, que ya está 
bien por hoy. Adiós. adiós. 
Subo la calle titiritando, ya hace frío otra vez, me subo a la kunda y arranco. Ostia! Que 
me he ido sin pagar, y Cucumis no está para sumar deudas. Voy para allá en un salto. Doy 
la vuelta a la manzana o bajo marcha atrás? 
Ay, si me hubiera hecho esa pregunta. Solo hubiera sido un día de mierda. 
Empiezo a dar marcha atrás con los intermitentes puestos y veo por el espejo que se 
acerca un coche por el mismo carril en el que estoy yo bajando suavemente. Está todavía 
lejos y va despacio, no pasa nada. Me detengo para dejarlo pasar, pero para mi sorpresa 
se queda detrás de mí, a unos 6 o 7 metros, inerte, como una tortuga con los ojos 
brillantes. 
Le hago señales para que pase, saco el brazo por la ventanilla, avanzo un poco para 
que entienda que la luz blanca que tiene mi coche encendida signifi ca que voy marcha 
atrás… ni puto caso. Acojonante. 
Me vuelve a hervir la sangre. Es el Espasmo de Furia otra vez. Se agolpan en mi cabeza 
los momentos que he vivido hoy, martilleando una y otra vez, los infrahumanos vuelven a 
atacarme en el sendero hacia mi cuchitril. Redios!! Les arrancaría el corazón!! Mejor será 
esquivarlos una vez más. 
Con la furia de mil titanes, con los ojos inyectados en sangre y agarrando el volante como 
si fuera el mismísimo mango de Comesesos, hago un movimiento brusco y veloz, violento 
y curvilíneo para no arrollar esa puta mierda y pagar mi deuda en 1 minuto. 
Y me doy una ostia con un coche aparcado, resultando dañado la parte derecha de mi 
parachoques frontal. 
Salgo de coche como un berzerker a hacer el cálculo de daños y es entonces cuando 
los dos infrahumanos de sexo femenino que ocupan el puto mojón con ruedas que ha 
provocado esto deciden moverse, con sus putas caras de gilipollas y toda la ira y el odio que la mirada del tigre te clava en el alma. Menos mal que normalmente no llevo armas 
de fuego encima, porque tendría ahora mismo dos cargos por asesinato para la lista. 
Los daños no son muy graves, pero lo sufi ciente para plantearse el camino de regreso 
en semejantes condiciones. Ya en el bar, poco más calmado, me aconsejan tomar 
una Franciskaner que rechazo y llamar al seguro, que para eso está, y que me lleve 
la grúa a casa y a tomar por culo. Dicho y hecho. 902 de aúpa, bla bla bla y a esperar 
media hora escupiendo veneno y bebiendo agua. Llega el gruista, un joven agradable 
y educado, normal, menos mal. Solo me falta ahora otro freak para rematar el día. Le 
quita importancia a las heridas de la kunda y subimos el coche y nuestros cuerpos a su 
vehículo. Por fi n rumbo a casa, no me lo puedo creer. 
Y una polla! Es que la puta mutua madrileña de mierda de hijosdeputa solo te lleva el 
coche a la dirección que aparece en tu contrato (en mi caso la casa de mis padres en el 
norte de babilonia) o a uno de sus talleres de mierda de hijosdeputa. Así que si quieres 
que ese chaval tan majo te lleve a ti y a tu coche a casa, calcula que serán unas 150 o 
200 monedas como poco. Menos mal que gruista se ofrece a arreglarlo con unos cables 
y su experiencia. Pero mierda, el cable que tenía no está. Qué raro. No, no es raro. Soy yo, 
tengo la negra. 
Pues nada, a buscar algo para hacer la ñapa, como Bear Grylls en las siestas Discovery, 
pero en una jungla de asfalto y basura. Y ahí estoy que me corono con un estore 
repugnante con cuerda fi na y resistente abandonado hasta por los gitanos que hacen la 
ruta en ese barrio. La primera cosa que me sale bien en todo el día, el momento survival. 
Con esto y la pericia de gruista hacemos el apaño que me pone a las 2.30 en la ruta a 
casa. Eso sí, pisando huevos para que no se desparrame el tema y continúe el festival 
del horror. Llego sano y salvo 40 minutos después, libre de encontronazos policiales y 
preguntas sobre mi parachoques con cuerdas. 
Bueno, sano, sano, tampoco se puede decir. Me ha cogido el frío otra vez. Tiritona 
entrando a la cueva, manta eléctrica y termómetro. 38,8º No jodas! Pero si no me 
encuentro tan mal! Será por el calor extra de la manta? Quién está detrás de toda esta 
mierda? Quién cojones me está tirando estos cuchillos!!! 
Así que eso, otra noche de insomnio y malestar después de un día atroz. Al menos me he 
puesto a escribir esta mierda y con lo lento que lo hago ya son las putas nueve y es hora 
de apretarme otro paraceto e intentar dormir. 
Lo que pase mañana con el coche, lo que supuestamente iba a hacer el fi n de semana y 
su puta madre empalada viva, ya lo colgaré de un pino para quien se quede con ganas de 
conocer el epílogo.



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