La historia de Andy Mackie, conocido como “el Hombre Armónica”, es una de las más inspiradoras que se pueden conocer. Después de pasar por nueve cirugías del corazón y de ser diagnosticado con pocos meses de vida, Mackie decidió abandonar el tratamiento médico y utilizar el dinero para comprar instrumentos musicales para pasar su tiempo enseñándole música a los niños. El tiempo seguía pasando y Mackie no moría y seguía comprando más armónicas.
En total Mackie vivió 13 años así, como
si la felicidad musical que eligió hubiera transformado su espíritu y
curado su cuerpo en un proceso de alquimia emocional y musicoterapia.
Fueron al final 20 mil armónicas las que Mackie pudo regalar y activar
con los niños del estado de Washington, en E.E. U.U.
En noviembre se cumplen tres años de la
muerte de Mackie. Una historia que merece ser rescatada del olvido como
un ejemplo de inspiración sobre cómo, hasta el último suspiro, se puede
hacer una diferencia y cambiar el curso de la vida.
Copia pegado de Pijamasurf
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