Ay madre como explicar esto, una cueva oscura para cientocincuenta almas, la sala pequeña de MINUESA un miercoles, el sudor que se evapora cae desde el techo y te hidrata, y sin baile violento, todas las almas botibotando abrazados y cantando sin conocerte de nada.Una banda entregada en un ritmo endiablado a la par que embriagador.
No es una fiesta de osos chuecanos, no, es uno de los cinco mejores conciertos que mi cuerpecito ha tenido la suerte de disfrutar. Un grupo que en ese momento era lo mas para un jovenzuelo baterista que quería sonar así de contundente y demoledor.
Con ustedes a estas primeras horas de insomnio a la espera del segundo clip de los MORDOR, nuestro faro de luz al que no perder de vista, los enormes DOOM en un directo que suena crudo como la vida misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario