EL PROBLEMA NO ES EL DOLOR

El dolor te hace sufrir, pero no te destruye. El problema es la soledad engendrada por él. Es lo que te mata lentamente, lo que te aisla de los demas y el mundo.Y lo que despierta lo peor que hay en ti.

lunes, 9 de septiembre de 2013

MADRID 2020 RIDICULEISION INTERNATIONALEISION

En una ciudad en la que  los discapacitados, autistas, los servicios sociales, las casas de acogida y la educación especial han decidido que desaparezca por los recortes se empeñan en derrochar dinero que no es suyo en embarcarnos en proyectos que solo corresponden a economias saneadas y por si fuera poco dando una imagen al mundo divertidísima. Adjuntamos el artículo que nos ha recomendado Mö, la reportera Bruxelana escrito en el diario digital Público por David Torres en su sección Punto de Fisión.


Por poder, podemos echarle la culpa a Zapatero pero, la verdad, está difícil. Me da en la nariz que algo tuvo que ver el inglés en todo esto. Oir las primeras palabras de Ana Botella en el idioma de Shakespeare y percibir que la habíamos cagado fue todo uno. Yo soy uno de esos negados recalcitrantes que necesitan subtítulos incluso para las primeras canciones de los Beatles, por eso empezó a preocuparme que con Anita Bottle me fuese enterando de casi todo. Tal y como hablaba Anita, hasta me habría dado tiempo a ir pegando los subtítulos con cartulina en el televisor. Algunos periodistas afectos aseguraron luego que el inglés de Ana Botella era fluido y no les faltaba razón. Al menos tuvieron el detalle de no especificar a qué fluido se referían.
Nadie sabe por qué se empecinó esta buena mujer en hablar inglés sin tener la menor idea y pululando en la sala tantos traductores simultáneos esperando ganarse el pan. A lo mejor pretendía equilibrar las listas del INEM entre Buenos Aires y Madrid. Sin embargo, sospecho que el impulso políglota de Ana Botella es el mismo que empuja a cualquier madrileño a liarla parda en cuanto un extranjero le pregunta a traición por el Museo del Prado. Hace unos días, un japonés recién desembarcado en la capital me preguntó en un castellano bastante aceptable dónde estaba la Plaza Mayor y mi respuesta no difirió mucho, ni en claridad ni en extensión, de la perorata de Ana Botella, sólo que yo nunca me hubiera atrevido a sugerirle que se tomara “a relaxing cup of café con leche”, por lo que pudiera pasar. Para sugerir esta clase de cosas hay que haber estudiado inglés avanzado con Aznar y a mí el my tailor is rich se me atragantó desde la EGB. Vi al japonés dirigirse impertérrito hacia la estación de Atocha, aunque también es posible que fuese a coger un taxi para regresar al aeropuerto, volar a Buenos Aires y quejarse ante el COI.
En cualquier caso –ya lo advertí el viernes- lo importante no es ganar sino participar. Hemos contribuido por tercera vez consecutiva a engordar las arcas del cómite olímpico, gente buena y necesitada que empleará la limosna de nuestros cien millones de euros en mariscadas y putiferios en vez de despilfarrarlo en hospitales y colegios como habría hecho un político insensato y poco sensible a las texturas de la política internacional. Además la señora de Aznar cuenta con otros cuatro años para perfeccionar el acento de Georgetown bajo la supervisión de su marido y con la ayuda de los videos del Caudillo, que hablaba inglés legionario en la intimidad. En el avión de vuelta, también pagado a escote por madrileños y españoles, nuestra delegación de genios, glorias, principito y alcaldesa todavía estará elucubrando en qué habrán podido fallar. A lo mejor aún no han caído en la cuenta de que no era muy buena idea iniciar un conflicto veraniego con Gran Bretaña por Gibraltar cuando buena parte de los países del COI son de influencia anglosajona. El problema, no sé si lo he dicho antes, es el inglés.
De regalo adjuntamos los diez momentos mas patéticos del bilingüismo patrio.
Los políticos españoles y los idiomas son dos conceptos que tradicionalmente no se han llevado demasiado bien. En nuestros tímpanos aún resuenan momentos como los protagonizados por Rajoy, Aznar o Zapatero. Del "It's very difficult todo esto" al "estamos trabajando en ello". En el apartado de pronunciaciones destacan Botín y Franco. Estos son los momentos más embarazosos que han vivido nuestros políticos debido a sus problemas con los idiomas:

Botella tuvo varios momentos estelares durante su visita a Buenos Aires. El primero de ellos fue durante la rueda de prensa del Comité Olímpico Español, en la que primero no entendió una pregunta que le realizaron en inglés, optando por quitarse los auriculares con la traducción. Luego, cuando le preguntaron en español, se los puso. Todo un espectáculo:



El segundo de los momentos para Botella fue durante su intervención ante los miembros del COI. Su "relaxing cup of café con leche" quedará para la posteridad.



El ridículo quizás se podía haber evitar si alguien le hubiera advertido a tiempo que lo suyo no eran los idiomas




El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, también ha tenido sus problemillas con el inglés. Las tres horas semanales que el presidente dedica al inglés no han dado los frutos que hubiera deseado.  Durante una cumbre presupuestaria celebrada en Bruselas, Rajoy se sirvió delspanglish para hablar con el presidente británico David Cameron y le dijo: "It's very difficult todo esto". Tras esto, el presidente espetó una frase en francés al mandatario galo, François Hollande, que sí completó con éxito, y pasó directamente al español cuando departió con el primer ministro italiano, Mario Monti.



No era la primera vez que el inglés le complica la vida a Rajoy, que ya advirtió antes de llegar a la presidencia de que su nivel en este idioma era nulo, ya que en su generación, se defendía, se estudiaba francés.

La batalla de los dirigentes españoles contra los idiomas no es exlusiva de Rajoy. El ex presidente José María Aznar protagonizó una escena memorable en el momento en que, tras reunirse con su homólogo estadounidense, George W. Bush, compareció con acentro texano incluso cuando hablaba en español.

José Luis Rodríguez Zapatero tampoco fue una excepción.  Lo demuestra este vídeo, cuando una periodista le pregunta si podía relatar en inglés cómo habían ido unas negociaciones con el entonces presidente británico Tony Blair. "Gracias, hablo en español", fue su única respuesta.
En otro vídeo, Zapatero intenta explicar en inglés la afición del ex presidente Felipe González por los bonsais, aunque con dudoso éxito.

No sólo los presidentes del Gobierno. También en el sector bancario encontramos este tipo de deficiencias, como es el caso de Emilio Botín, presidente del Banco Santander

Y, si el reloj corre aún más hacia atrás, antes de este último periodo democrático, se puede comprobar que hay ciertas cosas que parece que nunca cambian.



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