EL PROBLEMA NO ES EL DOLOR

El dolor te hace sufrir, pero no te destruye. El problema es la soledad engendrada por él. Es lo que te mata lentamente, lo que te aisla de los demas y el mundo.Y lo que despierta lo peor que hay en ti.

lunes, 28 de noviembre de 2016

EL BUCLE DE PEDRO Y EL LOBO, LA OTRA FÁBULA.


Los lobos habían vuelto a la montaña donde Pedro tenía sus ovejas merinas por simple migración y al pastor desesperado los mastines no le daban a basto. Día si y dia también los ataques le habían mermado el rebaño y Pedro ya era otro , irascible y derrotado salía al alba de casa espectante y asustado pensando en que es lo que habría ocurrido esa noche.
Los habitantes del pueblo cercano habían dejado de verle, cansados de ayudarle, nadie subía el tortuoso camino hacia la casa del pastor. Y Pedro también se había cansado de pedir ayuda, el orgullo y el hartazgo le habían vencido.
Ese invierno la manada de lobos era mas fiera que en el verano, atacaban casi a diario y los perros heridos no podían hacer frente a una manada tan grande. El Pastor carecía de dinero tanto para vallar el perímetro como para contratar un ayudante y su situación iba en picado hacia la ruina.
El estado le había prometido el oro y el moro porque la repoblación de los lobos era un orgullo para la comarca pero a la hora de cobrar le daban largas, las aseguradoras se lavaban las manos  puesto que el vallado no era el homologado.
Pedro se había agenciado una escopeta de caza de su padre y había noches que las pasaba en vela con la escopeta en la mano esperando los avisos de los perros para salir corriendo a asustar a los lobos.
Las ovejas apenas daban leche ni comían por el estres y la quesería de la que el pastor sacaba para gasolina, aceite , sal y especias quedó clausurada.
El pastor lloraba por los rincones de ira y desesperación y el eco llegaba al pueblo donde los foráneos cerraban las ventanas para no oir los quejidos y subían los televisores.
Las últimas ovejas no llegaron a la primavera y Pedro un día abrió la puerta de los perros, del burro y derramó cinco bidones de gasolina por la casita de madera y los establos, se tumbó en la cama  y se encendió el último cigarro con un zippo que despues tiró encendido al resto de los bidones vacíos.
Desde el pueblo vieron el humo pero nadie se alarmó, los hombres fueron a la compra y prepararon sus avíos como cada día y la normalidad se respiraba en la escuela y en el bar.
Tras varios días los lobos no tenían que comer y empezaron a bajar nocturnamente a olisquear el pueblo. Algún vecino los vió pero cerró la persiana y subió la televisión para que sus hijos no se asustaran.
 El segundo día por la noche atacaron los gallineros y su ansia de sangre dejó sin huevos ni gallinas a todo hijo de pitxitxi. Los vecinos bajaron a la plaza para ir a casa del alcalde clamando al cielo y pidiendole explicaciones, pero el alcalde había firmado ya un acuerdo de no intervención que era muy ventajoso para una nueva recalificación y para el ecoturismo basado en los lobos. Era empleo para la zona abandonada por las instituciones.
Tras tres días pasando hambre la gran manada de lobos bajó de la montaña dispuesta a todo, los vecinos asustados se encerraron en sus casas y los lobos llegaron a la escuela donde los niños gritaban, jugaban y corrian en el patio.

Convivir con el dolor es deseperante. Los ataques de ira , la drogadiccción pautada, la falta de autoestima y los cambios constantes de personalidad te convierten en una persona que no reconoces. La paciencia, la desesperación , la soledad y la falta de empatía van embargando tu vida convirtiendote en un naúfrago emocional del que solo la empatía y el calor humano pueden salvarte. Los inviernos son muy duros y la vida, la vida, la vida es una castigadora ingrata que te da herramientas para no salir del bucle volviendo recurrentemente los fantasmas que mas te atormentan.
Estamos solos, pero no. Pero si, pero no. PERO SÍ.

No hay comentarios:

Publicar un comentario