En Guerras sucias, Jeremy Scahill, autor del bestseller Blackwater, nos
adentra en las nuevas guerras encubiertas de Estados Unidos. Los
soldados que libran esas batallas actúan dentro y fuera de los EE. UU.
cumpliendo las órdenes dela Casa Blanca, y hace todo lo necesario para
perseguir, capturar o matar a aquellos individuos que el presidente
considere enemigos.
Guerras sucias desvela la existencia de unos
soldados de élite que son reclutados entre las filas de los SEAL de la
Armada, la Fuerza Delta, la antigua Blackwater (y otras empresas de
seguridad privada), la División de Actividades Especiales de la CIA y el
Mando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC) y que operan en más de
un centenar de países. Las fuerzas de operaciones especiales están
financiadas a través de «presupuestos reservados» y llevan a cabo
misiones en zonas «no reconocidas», practican asesinatos selectivos,
raptan y apresan individuos, y lanzan ataques con drones (aparatos
aéreos no tripulados pero armados), aviones AC-130 y misiles de crucero.
Y aunque fue la administración Bush la que desplegó estas milicias
fantasma, el presidente Barack Obama ha expandido sus operaciones,
dotándolas de mayor alcance y legitimidad.
Esta obra nos muestra las consecuencias de la declaración según la cual
«el mundo es un campo de batalla» y, con ello, Scahill desvela la trama
más importante de la política exterior estadounidense de nuestra época.
El autor nos informa desde los diversos frentes que abarca su
trascendente investigación (ya sea desde Afganistán, Yemen, Somalia u
otros escenarios) y sondea las profundidades de la maquinaria
estadounidense de asesinato global. Indaga sobre las guerras encubiertas
de Estados Unidos, unas guerras que se libran en la sombra, fuera del
alcance de la prensa, sin supervisión efectiva del Congreso ni
posibilidad de debate público al respecto. Y, gracias a su capacidad de
acceso a los hechos, nos relata la escalofriante historia de un
ciudadano estadounidense que fue señalado como objetivo a eliminar por
el gobierno de su propio país.
Mientras que los dirigentes
estadounidenses implican cada vez más a su país en conflictos en todo el
mundo, sentando las bases de un estado de desestabilización y caos a
nivel mundial, los estadounidenses no sólo corren mayores riesgos, sino
que también ven como están cambiando como nación. Scahill desenmascara a
los guerreros en la sombra que libran esas guerras secretas y pone
cara a las víctimas de esa violencia de la que nadie rinde cuentas y que
se ha convertido en la política oficial. Mediante este valiente
ejercicio de periodismo, Scahill pone de manifiesto la verdadera
naturaleza de las guerras sucias que el gobierno de los Estados Unidos
hace todo lo posible por ocultar.
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