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Nuestro cuerpo es testigo de nuestra historia, más allá de lo que a nivel
consciente podemos recordar. Nuestros músculos guardan lo que no se nos permitió expresar, el impulso que decidimos reprimir y la emoción que no pudimos sentir.
A lo largo de nuestra vida nos vamos adaptando, bloqueando algunas zonas de nuestro cuerpo, hemos aprendido a inhibir ciertas respuestas y a aislar informaciones conflictivas que nuestros sentidos nos enviaban. O bien hemos tenido que cambiar sutilmente una postura, para no sentir más un dolor físico.
Así ,un bebé cuando tiene hambre, llora. Su madre lo oye y lo alimenta y,
entonces, el bebé vuelve a estar satisfecho. Sin embargo , puede ser que el bebé llore en vano, puede ser que nadie acuda a alimentarlo.
En este caso ,cuando tenga hambre responderá a este estímulo con un sentimiento de tristeza o de enfado , pero no volverá a llorar, no expresará sentimiento alguno porque ha aprendido que es inútil.
En lugar de eso, contraerá la musculatura de su cuerpo, apretará fuerte, muy fuerte para no sentir. Y el sentimiento quedará grabado en su musculatura como un bloqueo:
quizá tenga rígida la garganta, tal vez su respiración se vuelva imperceptible , puede que se encoja sobre sí mismo para evitar sentir la sensación de hambre.
Experiencias como ésta irán determinando su forma de estar en el mundo , de enfrentarse a él , irán determinando su postura corporal , pero él habrá olvidado porqué.
El precio de éstas “adaptaciones” ha sido la pérdida de flexibilidad , de la espontaneidad , de ciertos movimientos y, también de nuestra capacidad de respuesta; de la conexión a ciertas áreas de nuestra memoria. El precio es , en mayor o menor medida según nuestra historia, la pérdida de parte de nuestra identidad.
En Diafreo buscamos la armonización integral de la persona . Tomando como base un trabajo corporal, buscamos recuperar, mediante la liberación de las tensiones y la conciencia corporal , cada parte de nuestro cuerpo. Liberando las experiencias y expresiones guardadas en las memorias corporales, pretendemos recuperar , además de la salud , los fragmentos de nuestra identidad hipotecada.
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