Llevo un par de días indignado con la cobertura partidista, torticera y criminalizadora que los medios de comunicación le han dado a la convocatoria25-A: Asedia el Congreso. Detecté un nuevo paso en la estrategia criminalizadora de los movimientos sociales en la perversa manipulación que plagó las referencias a cualquier ciudadano que protestase, etiquetándole automáticamente de “antisistema”, “izquierda radical”, “terrorista”, “guerrilla urbana”, “kale borroka”, “delincuente”, “violento”, o todo a la vez.
Cuando hablo de manipulaciones, me refiero, por ejemplo, al descarado modo en el que el telediario de Antena 3 pegó su crónica de los insignificantes y absurdos “enfrentamientos” a una noticia sobre terroristas de ETA, como queriendo implantar la identificación de cualquier protesta o iniciativa social con ETA (estrategia bien evidenciada por dirigentes del PP con su aberrante apelativo de “PAHtasunos” o “nazis” a los activistas por los Derechos Humanos de la PAH).
Si pongo “enfrentamientos” entre comillas, es porque no me parece tildable de tales que cuatro adolescentes encapuchados (por lo tanto, no identificables y susceptibles de ser otros “infiltrados” de la policía como habían descubierto los manifestantes ante las cámaras minutos antes) zarandeasen una de las mil vallas que cerraban la Carrera de San Jerónimo. Sospechosamente, ese único episodio de rabia en un mar de ciudadanos pacíficos ocurre, mira tú qué casualidad, exactamente 5 minutos antes de que abran los telediarios nacionales, como coreografiados para dar esas imágenes que justifiquen el monstruoso despliegue —y gasto— policial (a costa del contribuyente) ante un reducido grupo de ciudadanos pacíficos.
Pero nada de eso me pillaba por sorpresa tras varios días escuchando a supuestos expertos en guerrilla, terrorismo o campañas militares disparatar con sus opiniones sobre quiénes eran “los terroristas que van a dar un golpe de estado y destruir la democracia” (nunca le ha preocupado tanto la democracia a la derecha como cuando ellos la están asfixiando lentamente; parece que no quisieran que algún “extremista” le diese el tiro de gracia y les privase del placer de verla agonizar).
Los mismos que se permitieron inventar multas, delitos y justificaciones para una violencia policial desmesurada que pensaban liberar con o sin justificación. Y tras su brutal campaña amenazadora, del miedo, de castigos inventados fuera de la Constitución (un saludo a la amiga Cifuentes que hace méritos para ser recordada como una intolerante violenta y antidemocrática que tergiversa las leyes y la Constitución para ganar puntos con lo más granado del ala franquista de su partido), van y se sorprende de la poca convocatoria de la iniciativa (obviando el vergonzoso e injustificado derroche de medios públicos a costa del contribuyente por negar la realidad: que no existen esos violentos que se quieren inventar para tapar su hedor). ¿Pero quién va a arriesgarse a tener que pagar multas elevadísimas por capricho de cuatro fachas cuando no tiene trabajo ni casi casa? Seréis desgraciados, y vais y lo vendéis como un gran triunfo de la democracia y prueba fehaciente de que la gente no fue porque no estaba de acuerdo con los “violentos”. La gente no fue porque estaba cagada ante la espiral de violencia, absurdo y sinrazón a la que os habéis enganchado desde que no os basta con robarnos, queréis que encima os demos las gracias.
Por supuesto, ningún medio reprodujo o denunció acciones como las que la foto recoge, en la que la policía volvió a perseguir a ciudadanos al azar y golpearlos por la sencilla razón de que tienen pinta de “radicales” o “perroflautas”. Cualquier joven que no vaya con el uniforme de Nuevas Generaciones del PP (camisa de rayas y melena pija con una buena blazer azul y sus zapatos castellanos) se merece una somanta de palos. Aunque sea en la estación de Atocha, a muchos metros de la acción 25-A: Asedia el Congreso. La policía puede dar una paliza a cualquiera en plena vía pública sin dar explicaciones porque los pobres matones del PP llevan días aterrorizados ante la extrema violencia de las pegatinas de los escraches. ¡Y que se den con un canto en los dientes de que no les cuelen una mochila con explosivos y les metan en prisión sin pruebas un par de meses como hicieron con Alfon! Para entender lo injustificado de la foto, me permito reproducir un mensaje de su madre, Luz María Docio Pastor, en el facebook de la Plataforma Solidaria Antirrepresiva: “Hola. Esa es mi hija, por favor si tenéis más fotos o vídeos de la agresión, poneros en contacto por aquí o privado. Todo lo que se pueda para poder denunciar e intentar que agresiones de este tipo no se queden sin castigo”.
El mal humor y la rabia fue creciendo cuando me llegó el informe de la Plataforma Solidaria Antirrepresiva y la Asociación Madres Contra la Represión que reproduzco:
EN PRISIÓN LOS TRES JÓVENES DETENIDOS EN LA CIUDAD UNIVERSITARIAEl balance represivo de la jornada del 25A se resume en estos datos:Cuatro detenidos en la madrugada del día 24.
Tres detenidos en la madrugada del día 25.
Once detenidos en las facultades de Ciencias Políticas y Económicas de Somosaguas.
Quince detenidos en la manifestación del 25-ADespués de las declaraciones en el juzgado, la situación de los detenidos es la siguiente:Los cuatro detenidos en la madrugada del día 24 —y a los que la policía en el atestado les acusaba de “intentar” quemar un cajero automático en una entidad bancaria— quedaron en libertad sin medidas cautelares. Estas cuatro personas —entre las que se encontraba el compañero Alberto de la coordinadora #NoTenemosMiedo— fueron detenidas en la madrugada del 23 (1:15) justamente cuando estaban aparcando en el Barrio del Pilar, cerca de un bar donde iban a tomar unas cañas. Cuatro coches de la policía les rodearon según salían del coche… en el registro del coche la policía encontró medio bidón de gasolina (el dueño del coche hace trabajos de jardinería y la gasolina la utiliza para el funcionamiento de una desbrozadora), un paquete de bengalas (las que utilizan los niños en los cumpleaños), un palo y dos mascarillas que utiliza el dueño del coche en sus trabajos de jardinería… con estos datos la policía les acusa de “intento de quemar un cajero en una sucursal bancaria”… Después de declarar ante el juez salieron en libertad sin medidas cautelares y con una imputación de la policía de “tentativa de daños por incendio”. La investigación judicial continúa abierta.Los tres jóvenes detenidos en la madrugada del día 25, fueron sorprendidos por la policía poniendo pegatinas en una sucursal del Banco de Santander. La policía les acusa de portar cócteles molotov. El titular del juzgado de instrucción número 27 —en funciones de guardia— acordó la prisión provisional comunicada y sin fianza por supuesta comisión de un delito de tenencia o depósito de sustancias o aparatos explosivos, inflamables. Incendiarios o asfixiantes. Los abogados han presentado recurso contra el auto de prisión.Los once estudiantes detenidos en Somosaguas —después de declarar en el juzgado de Pozuelo de Alarcón— fueron puestos en libertad con cargos. Los estudiantes estaban celebrando asambleas —el día 25 estaba convocada una huelga general en todo el Estado— cuando la policía, al viejo estilo de la dictadura, entró a saco en las facultades y detuvo a once de los reunidos. En el atestado se les acusa de “estar preparando la acción de asedia el Congreso”.Once de los quince detenidos de la manifestación del 25A fueron puestos en libertad con cargos anoche, después de declarar en los juzgados de la Plaza Castilla. Los cuatro restantes son menores y han pasado a disposición de la Fiscalía de Menores.Desde un principio la Delegada del Gobierno de Madrid —Cristina Cifuentes— diseñó un plan que tenía como objetivo final criminalizar a los manifestantes que fueran a participar en la jornada del 25. Al viejo estilo franquista, la Delegada con estas detenciones preventivas ha tratado de criminalizar a todos los que nos movilizamos contra los ajustes y recortes que el Gobierno está llevando a cabo.Este plan recibe la complicidad del sistema judicial y de los medios de comunicación resaltando estos últimos lo que ellos llaman “acciones violentas de los manifestantes” y tapando la gran violencia constante generada por el capitalismo contra los trabajadores y sus familias. La prensa —y en especial los medios del grupo PRISA— no hablan para nada de quién produce los 6,2 millones de parados, los mas de dos millones de hogares con todos sus miembros en paro, los seis de cada diez jóvenes que están en paro, los 510 desahucios de familias que se producen diariamente, las muertes que han provocado estos desahucios, la congelación de las pensiones, la privatización de la sanidad y la educación. Esta VIOLENCIA EXTREMA es silenciada por completo.El empleo sistemático y generalizado de la violencia de Estado contra la población en el libre ejercicio de sus derechos —en un claro intento de criminalizarles— nos lleva a la conclusión de que para seguir adelante en el desarrollo de formas de poder popular es necesario también responder a todas y cada una de las formas de represión, y hacerlo todos juntos.Desde la Plataforma Solidaria Antirrepresiva y la Asociación Madres Contra la Represión nos solidarizamos con los detenidos, con los tres jóvenes en prisión preventiva y con sus familias, poniéndonos a su disposición.¡¡BASTA YA DE REPRESIÓN!!
¡¡CIFUENTES DIMISIÓN!!
¿Pero el cinismo de la derecha (y alguno que dice ser de izquierdas) hasta dónde va a llegar?, me preguntaba una y otra vez esquivando la ridícula ola de contertulios explicando lo inexplicable. La clase magistral de violencia y propaganda que fue la persecución salvaje del supuesto terrorista de Boston, me vino a la cabeza. El sistema neoliberal aprende rápido a reprimir, estigmatizar, criminalizar y adoctrinar, me dije. Sólo había que escuchar el tono de admiración con la que hablaban de esa salvaje cacería humana que se saltó todos los derechos fundamentales no sólo de los presuntos culpables —de los que nadie presumía la inocencia hasta que se demostrase lo contrario—, sino de toda una ciudad a la que encerraron en sus casas en un estado de excepción inexplicable. Aquí la admiración por semejante tropelía antidemocrática no tenía límites: ¡qué de armas y helicópteros tienen los policías para encerrar a la ciudadanía como a ganado a voluntad! exclamaban los tertulianos cristofascistas babeando represión.
Y Cifuentes pudo demostrar que es igual de bestia, o más, que los fachiamericanos y tirar dinero a mansalva para detener a inocentes que justificasen la cansina cháchara criminalizadora que llevaban días vomitando en cada medio sistémico. Son muy peligrosos, son muy violentos, son muy antidemocráticos, repetían mientras intervenían conversaciones ilegalmente, esposaban a estudiantes, entraban en institutos a machacar a adolescentes que protestaban por los recortes… y la prensa guardó silencio.
Porque esa ejemplar prensa que criticaba la futurible violencia de los nunca aparecidos “grupos radicales”, guardó silencio cuando la Policía Nacional el mismo día 25 desalojó por la fuerza a varios estudiantes (niños y adolescentes), padres y profesores que se habían encerrado en el Instituto Santa Clara dentro de la campaña estatal de encierros que se iniciaba ese día en protesta por los recortes en Educación (los mismos encierros que intentaban hacer los estudiantes que la policía arrestó en Somosaguas). Esta es la foto del peligroso, “fanático”, “antisistema”, “kale borroka”, “desestabilizador” “grupo de violentos de izquierda radical”:
Y esta la proporcionada respuesta de la policía ante tan terrible “célula terrorista”:
Pero de esto no dicen nada esa tropa de “informadores” y tertulianos tan hambrientos de hacernos saber dónde está la violencia. Claro, sus hijos no están ahí. Van todos a carísimos colegios privados que les lavará el cerebro a golpe de clase obligatoria de religión y odio a los de abajo.
Sólo el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Cantabria (STEC) ha expresado su “absoluta” y “más enérgica repulsa” hacia el desalojo de padres, profesores y alumnos del instituto de Santa Clara de Santander ocurrido el jueves y ha calificado la actuación del delegado del Gobierno en Cantabria, Samuel Ruiz, al enviar a la Policía Nacional, de “antidemocrática”, “autoritaria” y “vergonzosa”. O sea: violencia.
Y es que la violencia es algo tan subjetivo a veces. Especialmente cuando estás acostumbrado a ser tú el que la aplica.
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